Opinión

La reacción huertista ante el inicio de la segunda etapa de la Revolución Mexicana

La reacción huertista ante el inicio de la segunda etapa de la Revolución Mexicana
Periodismo
Noviembre 15, 2019 21:17 hrs.
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Rodolfo Villarreal Ríos › guerrerohabla.com

Este miércoles, 20 de noviembre, habrá de celebrarse el aniversario 109 del inicio de la primera etapa de la Revolución Mexicana, un movimiento social que estuvo a punto de naufragar cuando apenas pasaban dos años de haberse iniciado. En la embajada estadounidense y en las sacristías se fraguó el cuartelazo operado por un ’católico ferviente,’ nunca olvidemos que así lo definió su confesor. Creyeron que ahí acabaría todo, como lo habían hecho antes, el día que don Catarino no pudo juntar ni armas, ni gente y no llegó a Ciudad Porfirio Díaz, Coahuila. Se equivocaron la vez primera y lo repetirían una vez más. En esa ocasión, nuevamente un coahuilense, testarudo a mas no poder, escogería Piedras Negras, Coahuila para iniciar la segunda etapa que no pararía hasta crear el Estado Mexicano Moderno que permitió al país crecer y desarrollarse. Dado que no somos expertos en la historia de nuestro pueblo, lo cual hoy es algo exclusivo de un grupo selecto de eruditos en la materia, tenemos que recurrir, nuevamente, a lo publicado en ’Documentos Históricos de la Revolución Mexicana, recopilados por Josefina E. de Fabela. En base a ellos, nos ocuparemos de revisar la percepción con que proveía uno de los cónsules representantes del usurpador Victoriano Huerta en la frontera estadounidense respecto a las acciones que desarrollaba, como respuesta a la asonada, el grupo encabezado por el gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza Garza. Asimismo, revisaremos la respuesta que este dio a la propuesta de un par de felones.
El 4 de marzo de 1913, desde Eagle Pass, Texas, el cónsul del huertismo en Del Río, Texas, Ricardo S. Bravo informaba al secretario de relaciones exteriores de Huerta, Francisco León De La Barra y Quijano, lo que acontecía desde ’la toma de posesión de…Piedras Negras por fuerzas del gobernador Carranza, que desconociendo al Gobierno del Presidente interino, general de División don Victoriano Huerta, lanzó un decreto en el que la Cámara de Diputados del Estado de Coahuila le autoriza para formar fuerzas, con el objeto según se dice, de hacer respetar a todo trance la soberanía del Estado.’ Hace un par de semanas les comentábamos como Carranza mantenía un diferendo con el presidente Madero González respecto al control de las fuerzas militares en la entidad. El gobernador de Coahuila estaba cierto de que los idos aun andaban por ahí y era necesario estar listos para cualquier cosa, aunque jamás imaginó que sería para mantener vivo el proceso de transformación de México. Al no aceptar entregar el mando militar de la entidad al general Gerónimo Treviño Leal, Carranza pudo contar con elementos que le permitieron encabezar la respuesta.
Respecto al inicio de esta, el cónsul huertista Bravo informaba que ’la entrada de las fuerzas Carrancistas a Piedras Negras se verificó la noche del 24 de febrero último por cuatrocientos hombres al mando de Jesús Carranza [Garza], hermano del Gobernador del Estado.’ Así, daba inicio formalmente la segunda etapa de la Revolución Mexicana. Sin perder tiempo, los revolucionarios nombraron autoridades. La mañana del 25 de febrero, dieron posesión ’como Administrador de la Aduana, al señor Lic. Pablo De La Garza, que desempeñaba con anterioridad el puesto de Juez de Letras. Como Presidente Municipal, sigue el mismo que antes desempeñaba ese puesto, señor don Jesús Farias [¿Por qué el nombre de esta persona no aparece en la lista de presidentes municipales de Piedras Negras?] y como Jefe de Armas, el señor don Jesús Carranza…’
Alarmado, el huertista Bravo comunicaba que ’el 27 por la mañana llegaron a Monclova 400 hombres, que al mando de Pablo Garza se posesionaron de la población, adhiriéndose al partido carrancista; según tengo noticias, se han estado cometiendo en ese lugar algunos abusos, prestamos de dinero, despojo de caballos y armas a quienes los tienen [pues ni modo que se los quitaran a quienes no los poseían], y otros abusos.’ Ahí no paraba el espanto del informante quien, también, buscaba hacer notar que él era fiel a la causa de la usurpación. En ese contexto, mencionaba que ’con la aproximación de esas hordas revolucionarias todos los propietarios y hombres de posibilidad han abandonado las poblaciones del Estado, pasando a territorio americano, evitando que se les obligue a contribuir con elementos para una empresa que todos desaprueban y que la toman como una locura y más que eso como un acto impatriótico…’ Acto seguido, insistía en convencer a su patroncito que los rebeldes no eran sino una parvada de asaltantes en busca del dinero de la ’gente decente.’ Para ello, proveía algunos ejemplos.
Primeramente, indicaba que en ’Piedras Negras, don Jesús Carranza citó a la colonia extranjera, siendo la mayor parte de nacionalidad española, y les indicó que necesitaba un préstamo forzoso de $10,000.00 pero según me informa el señor don Ricardo Trueba [Barquín], hasta hoy no ha facilitado esa suma, y solamente en caso de que se les quiera perjudicar en sus intereses, se verán precisados a reunir esa suma y entregársela.’ Conforme a la narrativa de Bravo, eso no era todo. ’a los pocos propietarios y particulares que han quedado en Piedras Negras se les han pedido prestamos de cantidades que algunos para evitarse ser perjudicados han tenido que entregar; al señor Doctor [Lorenzo] Cantú [quien fuera presidente municipal en la ciudad mencionada], según tengo noticias se le obligó a que prestara la suma de $200.00, quien como no quiso depositar se le impidió que saliera de la ciudad, este señor pudo con dificultad pasarse a este lugar [Eagle Pass, Texas] en donde se encuentra en la actualidad, sufriendo sus clientes el perjuicio de no poder prestarles sus atenciones medicas por no poder pasar a territorio mexicano, evitando así un atropello.’ Para mostrar que todo lo que el ciudadano Bravo informaba era de oídas pues no había presenciado ninguno de esos actos que relataba, revisemos el párrafo siguiente de su informe.
’Tengo noticias de que en varias poblaciones están exigiendo a los comerciantes prestamos semejantes, pero solo de Allende se ha podido conseguir algo que han obtenido ejerciendo presión contra los señores Dr. [Jesús] Lozano [González] a quien obligaron a entregar $5000.00, [durante esos años, este personaje habría de mudarse a Texas y allá ejercería su profesión], a don Ponciano Ramos $5000.00, a don Winston Cadena $2000.00, Hipólito Martínez $1000.00; hay otra persona a quien obligaron igualmente a entregar $10,000.00, de quien desconozco su nombre y que no sé tampoco si ha entregado esa suma [o sea sí, pero quien sabe, vaya informe pleno de especulaciones y para confirmarlo veamos lo que anotaba a continuación]; todas esas sumas son exigidas de orden de don Jesús Carranza, por orden expresa del Gobernador del Estado, según se me informa.’ Nada le constaba, pero al especular quedaba bien con sus correligionarios a quienes, también, les decía que ’todos los fondos que pertenecen a la federación, todos están salvados, a excepción de alguno que otro empleado que no tuvo tiempo para poner a salvo lo que se le encomendara.’ Quien sabe para que sirvieran dichos fondos, pues al cerrar su comunicado, Bravo apuntaba que ’todos estos empleados, [los fiscales de Las Vacas y Jiménez] como los de Aduanas, Correos y Telégrafos, se encuentran sin sueldos y en condiciones muy críticas…’ Ante ello, pedía que hacienda y comunicaciones le mandara recursos para contribuir a la lealtad que dichos empleados habían mostrado al gobierno federal o, diríamos nosotros, a los usurpadores. Sin embargo, el ciudadano Bravo no descansaría en mostrar su lealtad a los atracadores.
El 12 de marzo, nuevamente, desde Eagle Pass, Texas, informaba a León De La Barra que a esa población había arribado Andrés Garza Galán. Según Bravo, este ciudadano fue recibido ’por un numero considerable de personas de todas las clases sociales [que según el recién llegado] estaban dispuestos a organizarse para pasar a territorio mexicano, desalojar las fuerzas que se encuentran en Piedras Negras, empleando cualquier medio…y obliga[rlas] a respetar al Supremo Gobierno.’ Detrás de Garza Galán había una historia de intentos de asesinato y asonadas. El 23 de octubre de 1911, el diario ’San Antonio Express’ publicaba acerca de una conspiración para asesinar al líder revolucionario Madero González. Mas tarde, el 14 de septiembre de 1912, en el ’Diario de Chiapas,’ editado en Tuxtla Gutiérrez, se mencionaba que el ciudadano Garza y otros habían sido descubiertos cuando planeaban estallar un alzamiento, en Muzquiz, Coahuila, en contra del presidente Madero. Ese no sería el último reporte de Bravo tratando de pintar a los carrancistas como engendros del mal. Pero todo ello tenía una razón de ser originada el 29 de febrero de 1913.
A continuación, nos permitimos reproducir textualmente lo que, en esa fecha, la parejita integrada por el chacal Huerta y el sobrino de su tío, Félix Díaz, enviaron un comunicado al ’Sr. Venustiano Carranza, Gobernador del Estado Libre y Soberano de Coahuila [entonces lo era más que nunca]. Muy respetable señor: Por oficios relativos de fecha reciente, hemos impuesto a Ud. De las razones laudables [¿a poco la ambición insana tiene algo de plausible?] que inspiraron la actitud del ejercito contra el régimen disolvente de don Francisco [Y.] Madero, y de igual forma justificamos los actos posteriores [¿el asesinato?] que originaron la designación legal [¿?] recaída en el Gral. Huerta, para Presidente de la Republica. Sabedores de que Ud. tiene el propósito de rebelarse [la parejita se negaba a aceptar lo que ya sucedía] contra la autoridad legal [¿?] del Gobierno, nos permitimos insistir que en nombre de la Patria y por su exclusivo beneficio, deponga Ud. su anunciada actitud, colaborando con nosotros en la obra de paz [¿de los sepulcros?] que nos proponemos emprender y llevar a cabo CUESTE LO QUE CUESTE. [¿Así o más amenazante? El país les importaba un carajo, todo lo que deseaban era el poder] Pero si por alguna circunstancia de índole personal, desea Ud. separarse del cargo que ocupa, siempre que lo haga de manera tal, que en nada perjudique nuestros patrióticos [¿?] fines, el Gobierno le dará toda clase de garantías abonándole además todo el tiempo que le falta para cumplirse su gobierno en el Estado. [Estos querían que don Venus saliera con lápiz sobre la oreja y libreta en mano para descontar cuanto le quedaban a deber para el mes próximo]. Esta carta como Ud. comprenderá es y deberá ser de carácter absolutamente particular y privado, [como siempre tratando de llegar a los acuerdos en lo oscurito para presentarse como impolutos] y en este terreno nos permitimos significarle también que, por nuestra parte no habrá obstáculo para solucionar el conflicto, que podrá avecinarse entre nosotros, de la manera que Ud. tuviere por conveniente señalar. Bastara que Ud. se interne en los Estados Unidos (para su mayor garantía) [no fuera a ser que algún esbirro de los golpistas se fuera a incomodar] y con ello haremos acá sacrificios, si Ud. así lo exige, a fin de complacer cuantas aspiraciones se digne consignar. Nuestro enviado lleva instrucciones especiales al objeto indicado, que desde luego él puede salvar en principio. [Léase, le apoquinaron unos centavos para que los entregara como soborno. A Carranza le daban el trato de cuatrero como si fuera similar a ellos. Aunque eso sí, le enfatizaban que] sabe Ud. que lo admiran y respetan SS. SS. [sus seguros servidores] Victoriano Huerta y Félix Díaz.’
Once días después, el 11 de marzo de 1913, el gobernador Carranza Garza daba respuesta, misma que, además de enviárselas, fue publicada, al igual que la propuesta, en ’El Constitucionalista, Órgano del Comité Revolucionario ’Justicia.’ Desde Monclova, Caohuila, Bajo el membrete de ’El gobierno Constitucional del Estado Libre y Soberano de Coahuila, … [se dirigía] a los Señores Victoriano Huerta y Félix Díaz. Por toda contestación a las indignas proposiciones que Udes. me hacen, por medio de la carta fecha 29 de febrero próximo pasado, les manifiesto que los hombres como yo, no prevarican, ni se venden. Eso queda para Udes. Cuyo solo objeto en la vida es la vergonzosa satisfacción de innobles ambiciones. Levanten su negro pendón de ignominia. Eleven sobre el País entristecido la voz que gritó ’traición y Muerte,’ que yo, junto con el pueblo mexicano alzaré del fango a que habéis arrojado la bandera de la patria; y si caigo defendiéndola, abre conseguido que mi pobre gestión en la vida merezca el mayor precio a que aspirar debemos los hombres honrados. Venustiano Carranza.’ Pero eso no sería la única ocasión en que Carranza se vio involucrado en asuntos que esclarecieran su negativa a pactar con los golpistas.
El 1 de mayo de 1913, en el Senado de los Estados Unidos de América, el senador Philander C. Knox, andaba citando al cónsul en Saltillo, Phillip E. Holland, quien afirmaba que Carranza le dijo reconocería a Huerta. El 7 de mayo, en las paginas del ’New York World,’ Carranza respondía: ’No era posible que yo me hubiese adherido a Huerta o que hubiese notificado a nadie que había hecho tal cosa, pues el mismo día en que recibí el mensaje de Huerta invitándome a reconocerlo, oficialmente proclamé que lo desconocía, y también a su gobierno…’ A ello, debemos aunar que el 25 de febrero el coahuilense envió un comunicado al presidente de los EUA, William H. Taft solicitándole no se reconociera a Huerta. Así que don Philander quedó en calidad de propagador de falseadas pues no tenía a la mano documento que probara su aseveración.
Mientras todo eso sucedía, el cónsul huertista, Bravo no dejó de suministrar comunicados a los usurpadores de todo o que acontecía en la frontera Piedras Negras-Eagle Pass, en donde los seguidores de Venustiano Carranza Garza continuaban actuando para que la segunda etapa de la Revolución Mexicana no quedara en un mero intento, de haber fracasado todo aquello hubiera sido anecdótico. Pasarían aun varios años y costos altos tendría que pagar la nación. Sin embargo, el pragmatismo que acompañaba a la tozudez permitió que Venustiano Carranza Garza terminara de diseñar los trazos del Estado Mexicano Moderno, una labor que se inició el 20 de noviembre de 1910 bajo la directriz de Francisco Ygnacio Madero González. vimarisch53@hotmail.com
Añadido (1) Ya que andan muy preocupados por eso del perdón de los pecados, ¿Nos van a decir quien, en nombre de los mexicas, va a ofrecer disculpas a los descendientes de las etnias que tenían sojuzgadas y de donde se surtían para realizar sacrificios humanos? Por favor, dejémonos de distractores. La inmensa mayoría de los mexicanos de hoy somos mestizos producto de la fusión de las culturas hispana e indígenas con todas las bondades-defectos-virtudes-pecados que ellas conllevan.
Añadido (2) Una figura de relevancia mundial, sin ser explicito, nos lo hizo ver en 2008; todo era por los yacimientos de Litio. Después de eso, entendimos porque quería quedarse eternamente ahí.
Añadido (3) Con toda certeza a los Astros [del engaño] de Houston solamente les darán un manazo por andar de tramposos. Es mucho el dinero que hay en el negocio como para endilgarles una pena severa.
Añadido (4) Los diputados de Morena demostraron porque son los herederos de los líderes del movimiento del 68. Los de ayer, en el trayecto del ferrocarril entre la Ciudad de México y Guadalajara, se bajaban en las estaciones para esquilmar a las vendedoras de quesadillas. Los de ahora, van al Sanborns y se salen sin cubrir las cuentas que deben de ser pagadas por las meseras. Nadie puede dudar de cuanto han avanzado, los de antes las sinvergüenzadas las cometían cubiertos de terlenka, los de ahora las envuelven en casimir.
Añadido (5) Se podrá o no simpatizar con el presidente de los EUA, Donald J. Trump. En lo que no se puede discrepar es que eso de las audiencias para instrumentarle un juicio político no es más que un intento de los Demócratas para llevar a cabo un golpe de estado. La última vez que lo ejecutaron, los costos para los estadounidenses fueron tremendos; cuatro años de James Earl Carter con una economía viviendo sus peores años desde la gran depresión. Y hasta nosotros acabamos pagándolo a principios de la década de los 1980s.

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