Epístolas Surianas

(Carta a Don Héctor)

(Carta a Don Héctor)
Periodismo
Febrero 15, 2020 22:06 hrs.
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De Julio Ayala Carlos › guerrerohabla.com

LEO DIVERSOS CABLES INFORMATIVOS en los que, válgase la redundancia, se informa que en varios estados del país, entre ellos Tamaulipas, Puebla y Veracruz, se han suspendido las quimioterapias para niños con cáncer, y por otro lado leo también que el Presidente Andrés Manuel López Obrador informa y anuncia que el desabasto de medicinas estará concluido en diciembre próximo.

Mientras tanto, dice el Presidente de la República, el pueblo está feliz, feliz, a pesar de los feminicidios que ocurren en el país, y que tienen a un sector de las mujeres, y de hombres, en protesta porque a su juicio el gobierno federal no hace mucho, o en el peor de los casos, se desentiende de la violencia existente hacia las mujeres.

Y es que el Presidente, el que en campaña dijo que primero los pobres, está más interesado en la rifa que primero se dijo era de un avión, y ahora de dinero, y todo indica que nada lo perturba, salvo el que la rifa de referencia salga lo mejor posible.

Y uno se pregunta si es más importante la mentada rifa del presidente que atender los verdaderos problemas que tiene el país, y más aún, su gobierno, como la falta de quimioterapias para los niños con cáncer porque el gobierno, que encabeza precisamente el presidente de la República, redujo el presupuesto para ello. Y uno se pregunta también ¿acaso el presidente tiene que ponerse al frente de la rifa de referencia en vez de atender, aquí sí de manera personal, la violencia contra las mujeres que termina en feminicidio?

Como mexicano, no creo que el pueblo esté feliz-feliz, como dice el Presidente López Obrador. Y no creo, también, que sea correcto que el Presidente esté más enfocado en la rifa que a todas luces es una ocurrencia, como muchas otras de las que tiene, en vez de estar ocupado para atender y resolver, a la voz de ya, el desabasto de medicinas que hay en el país y dejarlo hasta para diciembre próximo.

Algo no cuadra. O le mienten al presidente sobre la situación existente en el país, o él verdaderamente está convencido de que el pueblo de México está feliz-feliz nada más porque es el presidente. En cualquiera de los casos, es grave porque hay una negación de la realidad existente.

No. Es imposible que el pueblo de México esté feliz-feliz cuando los niños enfermos de cáncer se están muriendo por la falta de quimioterapias o por la falta de medicinas en los hospitales. Los padres de esos menores, y sus familias, como todos los que tenemos la dicha de ser padres, no podemos estar felices, como dice el Presidente Andrés Manuel López Obrador, mientras un pequeñito esté sufriendo porque el gobierno no garantiza, a la voz de ya, el desabasto de medicinas en los hospitales.

No. Nadie puede estar feliz mientras a una mujer le quiten la vida. Minimizar la violencia hacia las mujeres, como a los niños, y en suma a la población en general, y decir, sin rubor alguno que los mexicanos estamos felices sólo porque él es el presidente, parece más una burla y hasta un acto de cinismo para los familiares de los niños con cáncer o de las mujeres asesinadas.

Deveras. Uno quisiera entender al Presidente. Pero, cómo se puede estar feliz, mientras desperdicia el tiempo en una rifa ocurrente, y deja de lado los verdaderos problemas que deben resolverse a la voz de ya, como la falta de medicinas y los feminicidios? ¿Cómo aplaudirle al Presidente de la República si cada día se pierden empleos y el país está al borde la crisis?

Sí. Hay que reconocerle al Presidente la entrega de becas y dinero en efectivo a los ninis y los hombres y mujeres de la tercera edad, aunque en el pasado reciente también ya se hacía. Qué bien que lo haga, pero, aquí está el pero, la entrega de dinero como lo hace y se ha hecho siempre no resuelve la situación de pobreza existente ni mucho menos genera riqueza. Si así fuera, la región de la Montaña, por citar un ejemplo, será una de las zonas más prósperas del estado.

Hay que decirlo. Preocupa que los grandes problemas del país, que son a la vez los más sensibles y que requieren de atención inmediata, se dejen de lado para ocuparse de asuntos intrascendentes y ocurrentes. Y es que una rifa como la que organiza el Presidente, y se encarga de ella de manera personal, es una pérdida de tiempo que ni siquiera debiera ser motivo para que López Obrador se distraiga un segundo.

No. Nadie puede estar feliz por una rifa, mientras los niños enfermos de cáncer no tienen quimioterapias o la violencia contra las mujeres cada vez más se acentúa.

Julio651220@hotmail.com

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